"Vamos hablando y te voy contando."

Imagina un armario lleno de zapatos azules de todas las marcas, tallas y modelos: puedes ponerte unos cada día, gastar a diario tu par favorito, guardar en el fondo de un cajón aquellos que ya no usas pero que quizá llegues a necesitar más adelante...

Imagina que hay una única percha de la que cuelga un pantalón rojo: con algunos pares combina mejor, con otros jamás te lo pondrías.
Fue un capricho repentino; pensaste que era buena inversión, te gustaron el color y el corte y a primera vista parecía de tu talla... ni siquiera te molestaste en pasar por el probador.
Te gusta muchísimo, pero corres el riesgo de que pase de moda, cambies de talla o simplemente se acabe desgastando...

Y sólo hay un pantalón rojo.
Y en su percha se siente especial.
Pero a veces no puede evitar sentir envidia de los zapatos, que tienen asegurado su sitio en el armario por el mero hecho de ser zapatos y no pantalones... y se escurre poco a poco de su percha hasta que tú llegas y lo vuelves a colocar en su sitio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario